Conservar la flor de Pascua es un técnica difícil, pero no imposible. Desde Floristería Parque 3, te enseñamos cómo mantener viva la flor de Pascua durante todo el año.
Para empezar, son muchos quienes creen erróneamente que es una planta que no sobrevive a la Navidad. Y, para seguir, porque la poinsettia es una planta que demanda cuidados rigurosos durante todo el año para poder sobrevivir. Unos que no entrañan demasiada dificultad, pero que hay que conocer a fondo para conseguirlo.
Lograr conservar la flor de Pascua todo el año pasa por entender las particularidades de una de las plantas de interior más delicadas que hay. Su fama de exigentes no es en vano, ya que demandan contar con bastante atención. Y no solo eso: también cierta mano en lo que respecta a la jardinería. Solo así podremos volver a disfrutar de ella la próxima Navidad. Y solo así, también, evitaremos el disgusto de verla estropearse.
Si te gustaría conservar la flor de Pascua todo el año, descubre qué cuidados necesita. Y ármate de paciencia. Porque, a diferencia de otras plantas que prácticamente se cuidan solas, esta necesitará de tu ayuda y atención para lucir en plenitud la próxima Navidad.
Factores que ayudan a conservar la flor de Pascua todo el año
A pesar de su aspecto, la poinsettia es una Euphorbia. O, lo que es lo mismo, una planta perteneciente a la familia de los cactus. Por este motivo, no demanda una gran dosis de riego sino más bien al contrario. Lo ideal para conservar la flor de Pascua todo el año es permitir que el sustrato se seque entre riego y riego. Algo que sucede, aproximadamente, cada tres o cuatro días.
Lo ideal es que nuestra planta esté en un espacio de entre 16 y 22 grados. Una temperatura ideal para su mantenimiento durante el año. Si vemos que nuestra planta comienza a tirar las hojas, es que está sometida a grados de más.
Otro de los cuidados que, sí o sí, debemos procurarle a nuestra planta: la luz. La poinsettia necesita muchísima luminosidad, por lo que lo ideal es colocarla cerca de una ventana. Durante los meses de invierno, en los que el sol es más ligero, puede recibir luz directa.
Si decidimos darle a nuestra planta un espacio más grande en el que crecer, no podemos demorarnos. Lo ideal es que lo hagamos cuando termine la floración, por lo que podremos llevar a cabo esta labor máximo hasta el mes de febrero.
Muy relacionado con el trasplante, ya que se debe realizar en la misma época del año. Pero no solo eso: son dos labores para conservar la flor de Pascua todo el año que están unidas. Cuando realicemos el trasplante, lo ideal es podar los tallos a unos 10 centímetros de la base y siempre por encima del nudo de las hojas.
Para poder crecer y florecer, la flor de Pascua necesita un extra de nutrientes. Y es, precisamente, en esos dos momentos de su ciclo vegetativo cuando tenemos que procurarle el abonado.
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